Pese a que todos entendeos los puntos más básicos de la problemática de un entorno laboral no actualizado, es también cierto que, por algún motivo, la mayoría de PYMEs y empresas de distinto nivel tienden a dejar como materia pendiente la modernización de sus sistemas informáticos.
La respuesta más inmediata y evidente cuando se trata de afrontar estos problemas es la de calcular los costes que implicaría dicha actualización. Sin embargo, una gran cantidad de estudios y expertos coinciden en que las empresas que optan por ignorar este problema pierden mucho más dinero que las que invierten en actualizarse.
¿Pero a que se debe esto?
El efecto del “Cuello de botella”
Ineficiencia en la cadena por un solo eslabón
Supongamos que un trabajador debe insertar varios datos en una hoja de cálculo compartida. En primera instancia se verá limitado por la velocidad de su equipo, pero si el mismo es obsoleto, podría verse repentinamente detenido por un mal funcionamiento del dispositivo, o incluso perder el trabajo realizado (Imagen congelada, cierre repentino de aplicaciones, pérdida de conexión…etc).
Dará igual la eficiencia del trabajador si el equipo no le permite funcionar mejor. Y tampoco se trata únicamente del empleado cuyo equipo ha fallado, si no que cualquiera que dependa de su trabajo y resultados se va a ver igualmente retrasado y/o afectado por los problemas con el equipo del primero.
En el peor de los casos podríamos incluso traspapelar o borrar datos y/o mercancía, con las pérdidas económicas que conlleva esta destrucción de materia y tiempo.
A este tipo de sucesos es a lo que se conoce como “Cuello de botella” (ya que la velocidad para que “fluya” el trabajo depende del ancho de esta parte del total y no del receptáculo al completo) y presenta una de las principales razones de pérdida temporal, material y económica de muchas empresas; especialmente porque, por norma general, las empresas no suelen tener un único puesto produciendo un cuello de botella.
Necesidades del entorno laboral
Un entorno con cada vez más cambios a los que adaptarse
Cuando hablamos del entorno laboral actual, a muchos nos sigue llegando a la cabeza una oficina organizada plagada de papeleo.
La realidad, algo distinta, nos enseña que cada día son más necesarios trabajadores flexibles y multifuncionales. Este tipo de necesidades se verán frenadas por equipos antiguos (Cuello de botella) pero también nos perjudicara el anclaje a un puesto fijo.
Cualquier trabajador e incluso oficinistas que no pasen un 100% de su jornada laboral en un mismo puesto de trabajo verá su rendimiento potenciado por equipos que se adapten a ellos; Siendo mucho más recomendable el uso de ordenadores portátiles para casi cualquier situación.
Desde aquellos que necesitan poder trabajar desde fuera de su puesto habitual, a los que sin casi moverse de la oficina necesitarían un dispositivo electrónico para ciertas situaciones en el exterior, pasando por las empresas u oficinas que, sencillamente, tienen demasiado poco espacio de trabajo como para llenarlo de enormes equipos rectangulares y todos sus periféricos. Y eso sin pararnos a hablar de la dura lección sobre la casi nula preparación para el teletrabajo que nos dio la pasada pandemia.
En resumen, es recomendable disponer de equipos versátiles y actualizados que no entorpezcan ni añadan una capa extra de dificultad a nuestro trabajo.
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