Guía para la ventilación en aulas

Muchas son las medidas a tener en cuenta ante la situación COVID-19 actual. Todos conocemos que el riesgo de contagio en interiores es superior al exterior y por eso las actividades en exterior son siempre preferibles.

Las partículas en suspensión (conocidas como aerosoles) se acumulan en mayor cantidad en interior y la exposición prolongada a este aire “contaminado” puede significar un algo riesgo de contagio. Para reducir este riesgo es importante bajar tanto la emisión de partículas por parte de las personas y también la exposición a la que están sometidas las personas en dichos ambientes.

La emisión la podemos controlar de diferentes maneras: Reduciendo el aforo, reduciendo el volumen a la hora de hablar (está demostrado que hablando fuerte o gritando la emisión llega a ser hasta 30 veces superior), reducción de actividad física (una alta intensidad aumenta la emisión de partículas al aire) y uso de una mascarilla bien ajustada.

Para controlar la exposición al aire contaminado: Usar mascarilla bien ajustada incluso en ausencia de otras personas, reducir el tiempo de exposición permaneciendo el mínimo tiempo posible en ambientes contaminados, aumentando distancia interpersonal… La ventilación y la purificación del aire aquí juegan un papel fundamental.

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Cuando hablamos de ventilación nos referimos a la renovación o sustitución del aire interior con aire exterior. IMPORTANTE: Utilizar un ventilador en un espacio interior cerrado no equivale a ventilar (renovando el aire), esto sería remover un aire potencialmente contaminado multiplicando el riesgo de contagio.

Cuando hablamos de purificar el aire nos referimos a eliminar partículas en suspensión. Estas partículas son susceptibles de contener el virus. Para lograrlo, el método más sencillo y eficaz es la filtración.

Además…

Si en periodos de frío se opta por ventilación natural habrá que elegir entre reducción de riesgos sanitarios y confort térmico. Disponer de ropa de abrigo cómoda para interiores permitirá no abusar de la calefacción con ventanas parcialmente abiertas. Se debe tener en cuenta que la ventilación natural puede no ser viable debido a condiciones meteorológicas adversas. En ese caso sería necesario avanzar en las soluciones según los cambios meteorológicos previstos. Se puede empezar a implementar ventilación forzada y/o purificación de aire antes de que estas condiciones se alcancen. Además, tener puertas y ventanas abiertas puede conllevar problemas de ruido y también será necesario lidiar con éstos (siempre es preferible reducir el ruido en la medida de lo posible en pasillos o zonas comunes que cerrar puertas y ventanas).

La apertura de ventanas puede conllevar el incremento de niveles de contaminantes procedentes del exterior en zonas altamente contaminadas. Hay que llegar a un compromiso entre el riesgo sanitario por Covid-19 y el riesgo debido a exposición a contaminación.

La concentración de CO2 en espacios interiores cerrados aumenta rápidamente en presencia de personas, que exhalan CO2 al respirar. La renovación de aire con aire exterior reduce las concentraciones de CO2 en el interior. Esto favorece la atención y rendimiento escolar, ya que la exposición a concentraciones de CO2 demasiado elevadas produce aletargamiento y dificulta la atención.

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